sábado, 31 de agosto de 2013

GLU


Hoy les contaré la historia de un pez muy poco común.

Glu  era de un color naranja metalizado muy bonito, vivía en un hermoso lago rodeado de las criaturas acuáticas más diversas y era muy feliz.

En ese lago también había un árbol, en sus comienzos no fue más que una planta acuática que crecen en el fondo de los lagos, pantanos, charcas…, pero con el tiempo se convirtió en un majestuoso árbol, de un color verde intenso.

Glu siempre buscaba la compañía del árbol, le gustaba enredarse entre sus ramas, sus hojas suaves y largas… muy largas que lo desplazaban sin el menor esfuerzo de un lugar a otro.

Cada año subía el caudal del lago gracia a las lluvias generosas que las nubes dejaban caer en él.

Así pasaron primaveras y veranos, noches y días.

Pero ocurrió que un año llovió poco, al año siguiente menos y al otro menos aún con lo que el lago comenzó a secarse apresuradamente. Todas las criaturas que lo habitaban fueron arrastradas por las pequeñas  corrientes que quedaban en el lago hacía ríos vecinos y algunos llegaron hasta el mar, qué bello lugar el mar, ese era el sueño de la mayoría… pero Glu tenía una unión con aquel árbol que le impedía dejarlo y se aferró a su tronco.

Glu estaba llamado a morir porque su árbol no podía proporcionarle agua, elemento imprescindible para su existencia.

El árbol estaba muy preocupado y todos los días intentaba convencer al pez para que se marchara y lo dejara, cosa que el pez no estaba dispuesto a hacer. Un día de repente llovió de forma torrencial y todos los amigos de Glu que aún no se habían marchado comenzaron a huir hacia el mar arrastrados por las nuevas corrientes. Todos le gritaban a Glu para que los acompañase, sabían que era su última oportunidad y que un pez no puede sobrevivir junto a un árbol pero Glu subió hacia la copa de aquel árbol y se aferró a él.

De manera milagrosa el árbol con ayuda de sus largas ramas consiguió crear un clima con la suficiente humedad para que Glu pudiera vivir y así fue como pez y árbol no se separaron jamás.

Las aguas del lago descendieron de nuevo y, cuando el lago fue reducido a la nada, en su lugar quedó una pequeña hondonada seca en la que se podía ver vislumbrar desde muy lejos un árbol verde con un rayo naranja que alumbraba entre las hojas de su copa.

Esta es la historia más pura entre un pez y un árbol.

 Agosto 2013.

martes, 28 de mayo de 2013

Comenzarón a Enfermar

Y las hadas comenzaron a enfermar.

Si!! Queridos amigos, así ocurrió. Una a una, nuestras encantadoras hadas, esas que han protagonizados tantos cuentos, han ilustrado tantas postales,  han llenado de ilusiones y sueños a tantos de nosotros enfermaban sin remedio y lo peor es que no se sabía el motivo de este mal.
Las flores comenzaban a marchitarse, los sueños se convertían en pesadillas,  poco a poco la tristeza lo inundaba todo.
Llegaron investigadores de todos los mundos conocidos, personas muy importantes que sabían de Hadas pero ninguno encontró remedio a tan grave problema.
Poco a poco las nubes se volvieron negras, el sol dejo de calidecer las almas,  las hermanas siniestras empezaban a hacer sus equipajes guardando en sus maletas los más bajos sentimientos. El viento del Sur se debilitaba ante la fuerza de la tempestad que traía el Norte,  todos los relojes de las ciudades Mágicas( la de los sueños) se pararon.
Después de mucho tiempo leyendo libros de medicina para hadas, comprobando pócimas de todos los colore y sabores sin resultado alguno…Miré a mi alrededor y comprobé con tristeza una realidad hasta ese momento desconocida para mí, el mundo haba dejado de creer en los sueños.
Nadie tenía tiempo para contar cuentos, los contadores de cuentos estaban dormidos  el país de la magia no tenía risas de niños para alimentarse.
Había encontrado el problema a este terrible desastre pero solo no podía poner la solución.

El esfuerzo por salvar a las hadas y sus mundos mágicos era trabajo de todos y como yo una persona tan insignificante en un mundo lleno de soledad, agobios, sin tiempo,  iba a poder convencer a tan solo una persona para que me ayudara en esta loca aventura, y mi corazón sintió el frio de la lluvia antes de que lleguen las primeras nieves y decidí como muchos tirar la toalla.
Con tristeza caminaba hacía casa con el sabor amargo que deja el saberse derrotado, cuando de repente escuche un grito muy bajito que decía, yo, creo en la magia y si quieres puedo ayudarte.
Pero ¿de dónde venía ese grito tan bajito?, ¿cómo podía oír tan claro algo que a la vez se me antojaba tan lejano?,  dejé de caminar, no quería que los pasos fuesen más fuertes que aquella voz.  Necesitaba saber de dónde venía, con sorpresa observe que un tímido rayito de sol intentaba abrirse paso entre dos grades nubes negras.
Entonces supe que todo no estaba perdido, tenía que despertar a los contadores de cuentos, para esa misión necesitaba que aquella voz gritara más fuerte.

Esperé y esperé, como lo hacen los que esperan, pero la voz no volvió a pronunciarse.Después de no sé cuánto tiempo volví a casa, sentado ante la oscuridad que provoca el miedo por sentirme perdido me quede dormido.

Un sudor helado hizo que se me erizara la espalda despertándome de un respingo, con el corazón a punto de salirse del pecho, comencé sin ganas a recordar la terrible pesadilla que había tenido.El mundo en el que yo y tú vivimos agonizaba, no había tiempo para  jugar con los niños, los adultos andábamos muy ocupados en cosas de mayores. No teníamos tiempo para “tonterías”, no había risas, motivo por el cual enfermaban las hadas. La música se tornó  un silencio ensordecedor, los días eran cada vez más grises y nadie parecía darse cuenta, los niños no solo no jugaban con los mayores, tampoco sabían hacerlo solos. Eran muchas tareas extraescolares las que ocupaban sus días para que a sus progenitores no se les molestara con cosas de niños, como hacía muchos soles y muchas lunas que no se pasaban los juegos, canciones… de generaciones en generaciones, las hermanas siniestras ganaban terreno .

Aun estábamos a tiempo de salvar al mundo y así, a la vez, salvar a la magia y a las hadas porque un mundo depende del otro y el otro del uno, no son mundos separados. El mundo donde viven las hadas se nutre de sueños, de risas de niños, de canciones de deseos cumplidos de estrellas fugaces de paseos al atardecer de besos de enamorados …

¿Ves? Está ocurriendo, triste como todos los tristes me fui a la ducha quería que aquella terrible sensación se la llevase el agua pero no lo logre por más que intente quitármela. Sentado en el taburete de la habitación lo supe, debía recoger la toalla que había tirado, no podía permitir que las hermanas siniestras nos cubrieran con sus velos de infinita tristeza  porque  entonces ya no habría solución.

 Sin saber cómo iba a solucionar aquello me dispuse a salir hacía la calle cuando un pellizco me encogió el estómago la voz, la voz que gritaba bajito era mi conciencia,  sin saber muy bien por que comencé a sonreír, ahora solo me quedaba una cosa por hacer que los demás también las escucharan y para eso necesito tu ayuda.

Tú que estás leyendo esta historia tienes que ayudarme, porque si lees cuentos tienes tiempo ¿ves?  y qué me dices de ti que lo estás escuchando. Sin vuestra ayuda este puede ser el último cuento  con un triste final, no permitas que las hadas desaparezcan, que los sueños acaben en pesadillas,  grita pero muy bajito que tú si crees en ellas para que así muchos puedan oír tú voz y salvarlas…

 No permitas que se apaguen las estrellas
que dejen de cumplirse los sueños,
que no brille el sol

y que nuestros mundos se vean en blanco y negro
.
No lo olvides.   Grita, grita pero muy bajito.

 

Nati-Mayo-2013

viernes, 24 de mayo de 2013

Visita este Blog es verdaderamente especial, es una Isla llena de Muy buenos Sentimientos.

htp://laisladelosentimientos.wordpress.com/2011/10/07/la-princesa-busca-marido/

martes, 14 de mayo de 2013

Rin rin


Rin rin era un elegante teléfono de madera que colgaba de las gruesas paredes de piedra de una casa señorial.

Estaba muy orgulloso porque era, de todos los objetos que lo rodeaban, el de mayor interés. Todos lo admiraban y esperaban con paciencia su sonido para sorprenderse al escuchar a través del auricular la voz de personas que podían estar a cientos de kilómetros…

Rin rin era altivo,  orgulloso, porque sabía muy bien que la tecnología había llegado con él y se le subió un poquito a la rueda.

Pasaban los días y las visitas a la casa eras incontables. Todos deseaban ver aquel maravilloso y casi mágico aparato del que todo el mundo hablaba por calles y plazas y que solo dos personas en el pueblo tenían.

Las caras de sorpresa de los vecinos al escuchar su “rin rin” (señal de llamada) eran dignas de ser fotografiadas pero cuando alguno conseguía escuchar a través del auricular…, creerme si os digo que hasta desmayos se produjeron.

Para muchos fue lo mejor desde que se inventó el telegrama para otros era algo que solo iba a traer problemas y muchos lo tacharon de brujería.

Como veis queridos amigos las nuevas tecnologías nunca pasan desapercibidas para las personas en todos nosotros suscita un sentimiento diferente; alegría, envidia, miedo, pasión…Aunque, indudablemente, lo que sí trajo fue mucho adelanto.

Rin rin, seguía altivo ante todos y hasta algo empachoso diría yo. Los demás estaban cansados de sus aires de superioridad porque ellos, más humildes, también hacían sus trabajos.

Una mañana la señora cafetera, que estaba humeante en lo alto de la mesa lo miro dando un resoplido de humo que empaño las brillantes teclas  de rin, rin, provocándole un enfado terrible.

Cuando apenas había comenzado a regañar a la señora cafetera, llamándola histérica y mal oliente una voz quebradiza pero segura irrumpió en la habitación. Se trataba del reloj del Señor, andaba el pobre un poco fatigado, eran muchos los años que llevaba al servicio de la casa primero para el abuelo, después para el hijo y ahora para el nieto. Y comenzó reprochándole;

-“Ingrato, ¿cómo puedes tener esos aires cuando tú llevas entre nosotros apenas meses y no te has ganado la confianza de nadie?, ¿no ves que no puedes guardar secretos? Tu naturaleza es así y pronto las tecnologías avanzarán y serás relegado al cuarto del olvido, porque cuando un teléfono menos pesado y con diseño más actual llegue, no dudes que los señores te sustituirán y pasarás a ser chatarra, mientras que nosotros, más humildes que tú, siempre tendremos utilidad. Dime que harás cuando estés solo, y abandonado, a quién pedirás ayuda cuando tu voz se calle. Jovencito, la altanería y el orgullo no llevan a buen puerto y cada uno recoge lo que siembra.”

Rin, rin reflexionó durante todo el día sobre aquellas palabras del viejo Tic tac que aunque atrasaba algunos minutos era sabio, querido y respetado por todos.

Al llegar el nuevo día Rin rin saludó sonriendo a todos,  cosa que extrañó mucho a los demás objetos, menos a la señora cafetera que esa mañana no resopló empañando su preciosa madrera recién limpiada. Y entonces, asomándose desde su chaleco, Tic tac, el reloj del señor le giñó un ojo y  así fue como todos pudieron vivir largo tiempo en paz y en armonía, sabiendo que todos tenían un cometido en la gran casa pero que ninguno era más importante que otro.