viernes, 29 de octubre de 2010

ABRIL.

Siempre nos
queda Abril, nació un niño en una montaña Añil, para llenarle el corazón
todos querían romper el amor entre el niño y el Angel
eran hermanas siniestras disfrazadas de amigos.
Pero ell@s tenían Abril.
El Angel pidió un permiso especial para poderse quedar, aunque el tiempo vino a demostrarles
que el niño era más protector que el propio Angel´

A mi Amado, compañero, amigo, al ser que Dios me regaló una mañana de Abril, envuelto en una montaña Añil y salpicado con polvos de estrellas.
A mi Esposo Javi, el amor de mi vida y a la persona que más amo
Tu compañera Nati. besos,

lunes, 25 de octubre de 2010

ILUMINANDO AMOR.


Iluminaba los más bellos baíles y las noches de amor,
pero una sola noche, tan solo una le quedaba y quería que fuese especial y lo fué.
Fué encendida para una larga velada.
Hasta que su ultima gota de cera, apagó su corta mecha.
Para mi amigo Pedrete, por su dulzura, su saber estar y por ser AMIGO.
Te Quiero Mucho.
Besos Nati.

martes, 19 de octubre de 2010

TARDES DE MATE Y CUENTOS / Mario Benedetti: Desde el alma (vals)#links#links#links

TARDES DE MATE Y CUENTOS / Mario Benedetti: Desde el alma (vals)#links#links#links

PONGO.

Vivia en la oreja de Pongo un Mastín de la alta sociedad, vivía muy cómodo entre tan largo pelo
y conocía lugares excitantes que una pulga no podría llegar a soñar.
Para alimentarse, tenía los perros de la ciudad... aprovechaba el baño de Pongo, para ir a visitarlos.

Este micro-cuento, quiero dedicarselo a mi amiga Paki que desde el día que la conocí nunca a dejado de estar siempre ahí, cuando la necesito siempre la encuentro igual que a la mayoría de tod@s ustedes.
Paki espero que te guste, recuerda que siempre te llevo dentro.
Besos Nati.

sábado, 16 de octubre de 2010

abedul


lO QUE USTEDES VAN A LEER DURANTE AL MENOS OCHO SEMANAS, SERÁN UNOS MICRO CUENTOS QUE SUBIRÉ CADA SEMANA Y QUE IRÁN DEDICADOS A PERSONAS MUY ESPECIALES PARA MÍ.

Y SIN HACERLES ESPERAR MÁS ESTA SEMANA EMPIEZO CON:



A B E D U L





Había sido una de las hojas más bellas de aquél Abedul, pero el paso del tiempo hizo que llegara el otoño y que cayera, todos la pisaban y sintió que ya no servía para nada.

Un joven que leía se sentó en el camino y la tomó entre sus manos suavemente, la colocó en su libro, ahora viviría entre otras hojas y no quedaría olvidada.



Con todo mi cariño para mi amiga Beg.

Besos Nati.

sábado, 2 de octubre de 2010

La Visita de Clara


Ella siempre peinaba su melena antes de irse a dormir, porque así se lo había enseñado su abuela y para ella su abuela era lo más importante.
Esa noche Lía sentía un cosquilleo en su estomago y una inquietud por todo su cuerpo, tenía un presentimiento pero no quiso contarlo, igual se cumplía y con esa sensación de que algo hermoso le traería el nuevo día se fue a dormir.
Con los primeros rayos de sol, Lía bajó a desayunar, las tostadas de su abuela habían abierto su apetito.
Una vez acabada las tareas de la casa cogió un cesto y se fue al bosque a coger manzanas para hacer un pastel, no había recogido ni medio cesto cuando un pellizco en su corazón hizo que se girara y un grito ilumino su cara.

-"¡Clara!", grito dejando caer el cesto echando a rodar las manzanas que quedaron junto al cesto a merced del sol y del viento.
Las dos amigas no podían separarse ni dejar de abrazarse, había pasado una eternidad desde la última vez que compartieron un verano Mágico y tenían muchas cosas que contarse.
Entre risas, abrazos y juegos llegaron a la casa de la abuela de Lía que se llevó una gran alegría.
Las dos amigas subieron a la habitación de Lía que aún conservaba las dos camas del pasado y entre canciones y recuerdos de aquél maravilloso verano, acomodaron el equipaje de Clara.
Entusiasmadas en los recuerdos estaban, cuando el olor a comida, las invitó a bajar y ayudar a poner la mesa.
Clara traía un montón de dibujos y fotografías de sus queridas Hadas que extendió por toda la cama y que Lía boquiabierta comenzó a ver y a escuchar las historias que Clara le contaba de casi todas de ellas.
Cuando Clara más entusiasmada estaba contado todas sus vivencias con las Hadas, sin saber por qué recordó a Rufo el gato de la abuela, los ojos de Lía se entristecieron, aunque ya se lo había contado en una de sus cartas, comenzó a contárselo entre lágrimas, recordó lo mal que lo habían pasado y sobretodo la abuela, y limpiándose las lágrimas le dijo a Clara pero hablemos de las Hadas.
Esa noche iba a estar despejada y Lía cuando vio tanto instrumental ya estaba impaciente por que llegara la noche, y aunque ya eran mayores y se les permitía salir con libertad, querían hacerlo como cuando solo eran unas niñas, y tenían que esperar a que todos se durmieran para poder salir a escondidas, algo que las mantuvo inquietas durante toda la cena.
La abuela después de hacer un ratito unas de sus aficiones más relajante para ella, como era el punto se retiro a descansar.
Clara y Lía comenzaron a prepararlo todo.
-"Mira Lía", dijo Clara, "estas lupas las he utilizado siempre para ver las hadas de los pantanos, son muy difíciles de ver, con esta caja una vez conseguí meter un Hada de Cristal", Lía no podía creerlo, "pero volví a dejarla salir, eso sí, antes pude fotografiarla con mi cámara de los deseos, ya te conté que su imagen aparece en el papel si llevas buenas intenciones con ellas. Recuerda antes de irnos que las Hadas son seres Mágicos y que solo dejan ser vistas por corazones puros y almas blancas, una vez todo claro y los materiales bien controlados", comenzaron la escapada, como cuando eran niñas.
La ilusión les invadía todo el cuerpo y en sus mentes solo tenían sitio la esperanza de visualizar una hermosa Hada, esa hada sería su Hada Madrina y siempre tendría un vínculo entre las dos, aunque estuvieran separadas en cuerpo por la distancia.
Caminaban en silencio por el páramo con todo el instrumental, bajo la luz de las estrellas, el olor a tierra mojada era cada vez más intenso el lago estaba cerca. Se sentaron en un pedrusco a descansar, pues el lago estaba lejos de la casa.
Descansando se encontraban cuando un ala revoloteó y se entro dentro de un árbol hueco, cogieron las linternas y muy lentamente miraron dentro de él pero no vieron nada.
Lejos de desilusionarse, comenzaron a reír y siguieron buscando, tras las flores, bajo el trébol, bajo las hojas secas…
Pero nada, cogieron el instrumental y comenzaron el camino de vuelta a casa.
Muy entusiasmadas iban las dos cuando una luz las paralizó, las paralizó por lo hermoso de su belleza, ninguna de las dos habían visto algo así en sus vidas, siguieron la luz y Clara sacó la cámara y fotografió lo que creyó ser algo Mágico , con el resplandor de la cámara la luz desapareció. Clara y Lía corrieron para ver que se había plasmado en el papel, después de preparar la película y dejar secar el papel, decidieron irse a dormir.
A la mañana siguiente después de desayunar, corrieron a ver la fotografía, pero algo había ocurrido todas sus fotos estaban en negro, la abuela había entrado en el baño de arriba y la luz veló todo el trabajo de Clara y Lía, pero como estaban juntas no podían enfadarse pero tenían que reconocer que pena si les había dado.
Ese día decidieron pasarlo con la abuela y al atardecer, hicieron una de las tertulias que tanto le gustaban a la abuela, en el porche de la casa, contando viejas historias entre limonada y galletitas de chocolate.
La abuela contaba viejas historias, Clara se mecía en el balancín y Lía acariciaba a su gato, de repente la abuela se durmió y Clara comenzó a cantar su voz era la de un Ángel. La abuela abrió sus ojos pero habían enmudecido y fijaron sus ojos en Clara.
Clara les explicó que desde hacía un tiempo tomaba clases de canto en el conservatorio de su ciudad y esa era la sorpresa que les tenía preparada por que por carta nos les podía cantar.
En esos momentos Lía lo vio claro, ella era un Hada, era su Hada, su Hada protectora, por eso junto a ella nunca podía encontrar a su Hada madrina y por eso ponía la escusa de ser mayor para poder visualizarlas pero decidió no decir nada.
A la mañana siguiente se marchaba en el primer tren y decidió regalarle a Lía todo su instrumental, fotos y apuntes con los dibujos que aun guardaba.
Después de acompañarla entre abrazos y lágrimas, Clara le dijo: "no llores dulce Lía, siempre viviré en tu corazón" y Lía lo entendió por primera vez.
Había pasado un tiempo de su marcha cuando asomada a su ventana escuchó una canción que un día le paralizó en el porche de la casa y Lía sonrió, sabía que era Clara.
La soledad no está en la distancia, está solo en nuestro corazón.
Si amamos de verdad y nos sentimos amados no habrá lugar en nuestro corazón para la soledad.

A mi hermana Pilar, el Hada que un día inundó mi corazón y me calideció el Alma con su dulce voz.
Te dedico hasta ahora la trilogía de Clara, por todo lo que me das y lo que me enseñas y por hacer que en mi corazón no quede sitio para la soledad.
Te Quiero hermana, gracias por ser tan maravillosamente Mágica.
Tú hermana Nati.