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Era una tarde de otoño, casi se estrenaba esta estación tan romántica para algunos y tan melancólica para otros.
La tarde pasaba con normalidad, con la normalidad de todos los que se sienten normales.
En la mesa del comedor humeaba el té de la sobremesa y los niños jugaban fuera, la música sonaba de fondo, y solo uno de los que allí pasaban la tarde pudo darse cuenta que tras la ventana de la habitación verde, un naranjo amargo mecía sus ramas a merced del viento como si quisiera decirle algo. Sus naranjas ya muy maduras cubrían toda la tierra que le rodeaba
Paul siguió mirando por la ventana hasta que decidió salir a mirar más de cerca aquel naranjo. Las hojas blancas de un gran árbol cercano caían sin cesar inundándolo todo, daba la sensación de estar nevando. El viento de otoño transporta aquellas pequeñas florecillas esparciéndolas por todo el campo como si estuviese cubierto por un gran manto blanco.
La tarde era fría y el viento no era agradable y Paul decidió volver a la casa con los demás pero ya no pudo dejar de mirar por la ventana.
Pasó una semana hasta que Paul volvió al campo pero durante la semana no pudo quitarse ese árbol de la cabeza.
Ese día no se paró en la casa y se dirigió directamente hacia el naranjo. El viento no soplaba pero el naranjo mecía sus ramas como días anteriores, cosa que inquietó a Paul.
Decidió quedarse junto al naranjo y cuando quiso darse cuenta estaba abrazado a él, sentía como la sabía recorría todo su cuerpo, como si se creara un vínculo entre los dos.
Paul pensó guardar el secreto, nadie creería que un árbol era desde ese instante su mejor amigo y que podía hablar con él.
Hombre y árbol sentían una unión tal que cuando Paul tenía problemas el árbol languidecía, y cuando el árbol estaba en toda su plenitud Paul era realmente feliz.
Un día Paul deseaba que su gran sueño se cumpliese cuando una hoja del naranjo cayó en sus manos sintió que su deseo sería concedido. ¡Aquél era un árbol de los deseos!, siempre escucho hablar de ellos pero jamás pensó encontrar uno.
Claro que lo que Paul no sabía es que los árboles de los deseos no se encuentran, son ellos los que te encuentran a ti.
Desde ese día árbol y hombre nunca se separaron, aunque Paul viajara por todo el mundo como siempre soñó una parte de él siempre lo acompañaba y Paul se sentía feliz y seguro.
Todos los árboles tienen una misión, y si estamos atentos nos ocurrirá como a Paul, seremos los elegidos.
Para mi madre política, la rama más importante de mi árbol genealógico.
Te Quiero como una hija quiere a su madre o como imagino que lo haría ya que nunca tuve esa Madre que todos tenemos porque la vida se las llevó. En su lugar te puso a ti que junto a tu hijo y a tu nieto sois mi verdadera familia.
Besos desde el Alma Nati.
La tarde pasaba con normalidad, con la normalidad de todos los que se sienten normales.
En la mesa del comedor humeaba el té de la sobremesa y los niños jugaban fuera, la música sonaba de fondo, y solo uno de los que allí pasaban la tarde pudo darse cuenta que tras la ventana de la habitación verde, un naranjo amargo mecía sus ramas a merced del viento como si quisiera decirle algo. Sus naranjas ya muy maduras cubrían toda la tierra que le rodeaba
Paul siguió mirando por la ventana hasta que decidió salir a mirar más de cerca aquel naranjo. Las hojas blancas de un gran árbol cercano caían sin cesar inundándolo todo, daba la sensación de estar nevando. El viento de otoño transporta aquellas pequeñas florecillas esparciéndolas por todo el campo como si estuviese cubierto por un gran manto blanco.
La tarde era fría y el viento no era agradable y Paul decidió volver a la casa con los demás pero ya no pudo dejar de mirar por la ventana.
Pasó una semana hasta que Paul volvió al campo pero durante la semana no pudo quitarse ese árbol de la cabeza.
Ese día no se paró en la casa y se dirigió directamente hacia el naranjo. El viento no soplaba pero el naranjo mecía sus ramas como días anteriores, cosa que inquietó a Paul.
Decidió quedarse junto al naranjo y cuando quiso darse cuenta estaba abrazado a él, sentía como la sabía recorría todo su cuerpo, como si se creara un vínculo entre los dos.
Paul pensó guardar el secreto, nadie creería que un árbol era desde ese instante su mejor amigo y que podía hablar con él.
Hombre y árbol sentían una unión tal que cuando Paul tenía problemas el árbol languidecía, y cuando el árbol estaba en toda su plenitud Paul era realmente feliz.
Un día Paul deseaba que su gran sueño se cumpliese cuando una hoja del naranjo cayó en sus manos sintió que su deseo sería concedido. ¡Aquél era un árbol de los deseos!, siempre escucho hablar de ellos pero jamás pensó encontrar uno.
Claro que lo que Paul no sabía es que los árboles de los deseos no se encuentran, son ellos los que te encuentran a ti.
Desde ese día árbol y hombre nunca se separaron, aunque Paul viajara por todo el mundo como siempre soñó una parte de él siempre lo acompañaba y Paul se sentía feliz y seguro.
Todos los árboles tienen una misión, y si estamos atentos nos ocurrirá como a Paul, seremos los elegidos.
Para mi madre política, la rama más importante de mi árbol genealógico.
Te Quiero como una hija quiere a su madre o como imagino que lo haría ya que nunca tuve esa Madre que todos tenemos porque la vida se las llevó. En su lugar te puso a ti que junto a tu hijo y a tu nieto sois mi verdadera familia.
Besos desde el Alma Nati.
Bonito y sentido Nati. Que detalle el dedicarselo a tu madre politica, sin duda ella te quiere como a una hija tú lo mereces.
ResponderEliminarUn beso amiga
Un cuento emotivo y sentimental.
ResponderEliminarLa alineación con nuestras raíces nos sirven de guía en los momentos en los que nuestros pies están fuera de la tierra.
Saludos.
Me encantó. Muy bonito.
ResponderEliminarBesos ^-^
que preciosa entrada, familiar, calida, y bella
ResponderEliminarun beso,
♥. •°•.•°•. ♥. •°•.•°•.♥
Qué historia más cálida y bonita!
ResponderEliminarBsikos
Que bonito Nati, ya puede estar orgullosa de ti, por que es una dedicatoria preciosa, y un cuento lindísimo.
ResponderEliminarBesos y que Dios cuide por mucho tiempo de esa familia maravillosa que tienes.
Me siento asistiendo a la recolección de una cosecha de sabiduría!
ResponderEliminarUn Besito Marino
Hola mami , que tal acabo de leer este , bonito cuento y la verdad es que se me saltan las lagrimas , de lo bien que lo as escrito , es un berdadero placer el leerte , un beso muy grande de tu amiga pitufa.
ResponderEliminarPD: mira tu correo , por favor hay algo bonito para ti.
Como siempre imagen y cuento llegan al profundo del corazon y la dedicatoria es un gesto precioso.Txapeldun amiga es una gozada leerte ....el arbol precioso!!!!!!un abrazo muy fuerte Begoña
ResponderEliminarHermoso cuento lleno de imagenes y sentimiento.
ResponderEliminar¡Enhora buena!
¿Te cuento un secreto? Espero algún día escribir cuentos infantiles.
Un saludo.
Hola! yo también me encuentro con un maravilloso blog y me alegro de tenerte entre mis seguidores!!! Yo igual me quedo en este rinconsito tan lindo y mil gracias por tu comentario. Espero comencemos una amistad, pues aunque halla distancias verdaderamente se crean lasos de amistad a traves de la red.
ResponderEliminarEn fin un beso y estamos en contacto
BUENAS NOCHES AMIGA NATI.
ResponderEliminarGRACIAS POR VISITAR MI BLOG
TENGO UN REGALO PARA TI EN MI MUNDO ANIMAL.
TE ESPERO.
GRACIASSSSSSSS
CHRISSSS
SALUDOS ¡¡BONITAS COSAS PUBLICAS¡¡¡
ResponderEliminarSeria tan magico encontrar ese arbol no por los deseos, si no por esa conexion con el medio que nos rodea.
ResponderEliminarMe recordo en parte a la pelicula de Avatar.
Bonito relato y bonita dedicatoria, rezuma amor y paz.
ResponderEliminarEstaré atento a ver si encuentro o me encuentra mi árbol.
¿¿Sabes que desde que escribiste esta historia miro a mi naranjo tras la ventana de la habitación verde de otra manera??? Ahora estás tú también en él y es otra forma de tenerte conmigo todos los días. Preciosa historia y preciosa dedicatoria. Gracias una vez más hermana! Tkro
ResponderEliminarMuy bonito Nati, yo también quiero mucho a la madre de mi marido.
ResponderEliminarNo sé porqué después de lo de hablar de la raíces me ha venido a la mente el libro de "El club de la buena estrella! Si no lo has leído, te lo recomiendo, te gustará. Yo lo leí hace muchos años. Por cierto, recuerdo que se lo presté a mi suegra y me lo devolvió todo subrayado: yo pensé: me envía mensajes subliminares. jijiji... Un besito.
hola paisana,
ResponderEliminaras raices y la familia nos permiten vivir mejor y con mas equilibrio siempre, lo necesitamos y mucho.
Es preciso saber vivir.
Besos de un extremeño de FRANCIA.
Feliz domingo
Hola Nati muy hermoso este cuento,te felicito tienes mucho amor y lindos sentimientos en tu corazón gracias por visitarme.Un Abrazo
ResponderEliminarte dejo mis otros blogs: http://grupodeoraciondivinamisericordia.blogspot.com
http://tarjetastelefonicasdevenezuela.blogspot.com
Hola Nati, cuando tengo un ratito me leo alguno de tus cuentos porque me gustan aunque sean antiguos porque no pasan de moda como la ropa o los complementos.
ResponderEliminarTe deseo una feliz noche desde mi arbol de los deseos.
Me gusto mucho
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