domingo, 16 de agosto de 2009

Cacono


Pipo estaba cansado de sus juguetes y, un día un hombrecillo que vivía en la calle, le regaló una caja de plastilina para que creara los suyos propios. Pero le hizo una advertencia:
-”Cuida mucho todo lo que hagas, porque esta plastilina es mágica y todo lo que crees con ella cobrará vida a través del espejo”.
Pipo pensó que aquello eran historias para niños pequeños y comenzó a fabricar figuras sin preocuparse. Hizo un reloj que marcaba el tiempo en clave de Re, un hada que tenía un bonito traje azul, un duendecillo trovador que cantaba canciones de Amor a su hada y un barquito con velas de cartón. Después tiró el resto de la plastilina en su caja de juguetes.
Durante ese día jugó varias veces con las figuritas que había hecho pero se olvidó rápidamente de ellas como solía hacer con los juegos que le regalaban.
Llegó la noche y, en la oscuridad de la habitación, los juguetes fueron tomando vida. El reloj marcaba insistentemente las horas felices: la hora de comer, la hora de jugar...las horas en Re, el hada jugaba con su varita iluminando los diferentes objetos de aquella habitación, haciendo escala en los cuatro puntos cardinales...
Pero en el fondo de la caja de los juguetes los restos de plastilina comenzaron a tomar vida, convirtiéndose en Cacono, un globo hecho de remiendos de plastilina del que colgaba una pequeña cesta que era una caja de cerillas vacía. Todos se divertían mucho durante la noche pero cuando el reloj marcaba el día padecían la indiferencia y el desprecio de su dueño.
Pasaron muchos desayunos, meriendas y cenas hasta que Cacono, una noche de lluvia de estrellas, descubrió el espejo del pasillo oscuro...Era una zona de la casa que nunca visitaba nadie, pero él, aburrido de dar vueltas en la misma habitación, decidió inspeccionar la casa. Aquel espejo reclamó enseguida su atención, porque reflejaba las figuras en Azul Añil, y decidió atravesarlo.
Todo era luz tras el espejo, había un mundo maravilloso tras él, un inmenso pantano azul en el que nadie era dueño de nadie; un país sin propietarios ni opresores en el que cualquier juguete podía hacer siempre lo que quisiera, sin temer la llegada del día, el olvido del dueño o el plumero del ama de llaves, que aterrorizaba a todos los juguetes.
Rápidamente corrió a avisar a sus amigos que intentaron, uno tras otro, atravesar el espejo sin llegar a conseguirlo; porque eran criaturas que habían nacido de la voluntad de Pipo y no podían entrar en la tierra de los seres libres. Solamente Cacono podía pasar sin problemas, por haber nacido de la plastilina que el niño despreció. Había que buscarle una solución a este problema... Entonces recordó una enseñanza de su viejo amigo, el hombre que vivía en la calle:
-”Sólo se logra un deseo imposible invocando a los citruéñigos del desierto.”(Los citruéñigos son una especie de espíritus amigos que consiguen solucionar cualquier situación, por muy problemática que parezca.)
Cacono los llamó y acudieron rápidamente. En su presencia y con la ayuda de una estrella fugaz, todos atravesaron el espejo del pasillo oscuro.
Pasaron varios meses antes de que Pipo reparase en la desaparición de sus figuritas. Interrogó al ama de llaves, a su niñera y a sus padres pero nadie sabía dónde podían estar sus figuras de plastilina. Entonces corrió a preguntarle al hombrecillo de la calle que le contestó:
-”Cuando alguien da vida a algo tiene que cuidarlo, porque de lo contrario desaparece.”
Pipo volvió a casa triste, como todos los niños tristes, y enfadado, como todos los niños egoístas. Desde entonces el pasillo oscuro se ha llenado de luz y en las noches de lluvia de estrellas se escuchan carcajadas y canciones de Amor, y un “Tic-Tac” que marca para siempre las horas felices.

6 comentarios:

  1. Hija mia, !Como me gusta leerte! tienes una imaginación desbordante. Deberias plantearte el dedicarte a escribir como profesional.
    Un beso muy fuerte.

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  2. Es verdad que no sabemos apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos, fruto del egoísmo y de ese sentimiento posesivo que tenemos las personas... menos mal que los juguetes ahora son felices, jejejejeje, una vez más, te felicito por este cuento. Besitos

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  3. Jo, mis hijos me han escuchado sin rechistar.....es precioso, felicidades

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  4. ME ENCANTA TU BLOG Y MAS AUN TUS CUENTOS. SOY DOCENTE Y SEGURAMENTE MAS DE UNO ME GUSTARÍA LEÉRSELOS A MIS NIÑOS.

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  5. HOLA NATI ME ENCANTAN TODOS TUS CUENTOS

    PODIAS ESCRIBIR ALGO PARA DEDICARSELO A MI SOBRINITA QUE HABLE DE UN PAYASO CHIQUITIN,QUE SEA ALEGRE.

    GRACIAS Y SIGUE ESCRIBIENDO LO HACES MUY BIEN

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  6. Hola Nati, saludos desde Venezuela!
    Te escribo para agradecer tu comentario y elogiar tus cuentos, que me caen de perla, pues estoy dictando un taller vacacional para niños donde después de contarles, ellos recrean lo que más le llamó la atención del cuento modelando en arcilla. Y te aseguro que tus cuentos tienen la magia de mil imágenes para disfrutar. Gracias, mil gracias por compartirlos!

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