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En el bosque de los elfos, duendes, hadas, enanitos de la suerte…vivía un hada sin alas que estaba muy triste porque no podía volar y esto la limitaba mucho, así que siempre que pasaba una estrella fugaz, le pedía sus alitas, cuando cumplía años, su deseo eran sus alitas… lo malo que un hada no puede realizar deseos para otra hadas.
Tanto elfos, duendes, enanitos y demás habitantes pensaron en todo lo pensable, realizaron todas las cosas, como lo hacen los realizadores de cosas… pero sin obtener resultados.
Nuestra hada caminaba por el bosque y se sentó en una seta de las de lunares, sus piececitos quedaban colgando y de repente escuchó: -“Eva”, que era como se llama nuestra hada… -“¡Siii!”-era el ciempiés que le pedía ayuda para llegar a sus manos. Cuando estuvo cerca de ella le dijo: -“he oído por el bosque que estás muy triste porque no tienes alas, imagina que fueses verde, lento y con cien pies, debería ser rápido pero yo estoy contento, tengo muchos zapatos, lo veo todo abajo y eso es muy interesante, piensa en todo lo que puedo ver”… -“¡si!”, dijo Eva, “pero un hada sin alas ¿qué es?”.-Pues un hada encantadora, con una voz que no tienen ni las sirenas, amable con todos, mientras tu tristeza por las alas te agria el carácter, con toda tu altura que te permite casi volar si te montas en el columpio de flores, …cierra los ojos, será una sensación maravillosa. Además; deja de llorar, cambia tus lágrimas por sonrisas, eso hará que los habitantes del bosque estemos más felices porque tú lo estás y no pierdas la esperanza, mientras concedes deseos con tu varita de luna y recuerda….sobre todo, canta.
Eva se quedó pensando y comenzó a cantar y hacer lo que las hadas saben hacer.
Y un día cualquiera de cualquier mes alguien que pasaba por el bosque y escuchó su voz, quedó muy impresionada y se preguntó qué podría hacer para conocer a la dueña de esta voz y el ciempiés, que escucha los pensamientos más ocultos dijo: “Eva, Eva, canta de nuevo y grita tu deseo” y comenzó a cantar, emocionando de tal manera a esta señora que no pudo evitar que unas lágrimas rodaran por su rostro y fueran a parar sobre la espalda de nuestra hada que, mojada, corrió a resguardarse a toda prisa y olvidó pedir su deseo, aunque aquel día se fue a dormir más animada.
Al amanecer, al día siguiente, todos señalaron a Eva y algunos tartamudearon: “mi i-i- ra,
Tanto elfos, duendes, enanitos y demás habitantes pensaron en todo lo pensable, realizaron todas las cosas, como lo hacen los realizadores de cosas… pero sin obtener resultados.
Nuestra hada caminaba por el bosque y se sentó en una seta de las de lunares, sus piececitos quedaban colgando y de repente escuchó: -“Eva”, que era como se llama nuestra hada… -“¡Siii!”-era el ciempiés que le pedía ayuda para llegar a sus manos. Cuando estuvo cerca de ella le dijo: -“he oído por el bosque que estás muy triste porque no tienes alas, imagina que fueses verde, lento y con cien pies, debería ser rápido pero yo estoy contento, tengo muchos zapatos, lo veo todo abajo y eso es muy interesante, piensa en todo lo que puedo ver”… -“¡si!”, dijo Eva, “pero un hada sin alas ¿qué es?”.-Pues un hada encantadora, con una voz que no tienen ni las sirenas, amable con todos, mientras tu tristeza por las alas te agria el carácter, con toda tu altura que te permite casi volar si te montas en el columpio de flores, …cierra los ojos, será una sensación maravillosa. Además; deja de llorar, cambia tus lágrimas por sonrisas, eso hará que los habitantes del bosque estemos más felices porque tú lo estás y no pierdas la esperanza, mientras concedes deseos con tu varita de luna y recuerda….sobre todo, canta.
Eva se quedó pensando y comenzó a cantar y hacer lo que las hadas saben hacer.
Y un día cualquiera de cualquier mes alguien que pasaba por el bosque y escuchó su voz, quedó muy impresionada y se preguntó qué podría hacer para conocer a la dueña de esta voz y el ciempiés, que escucha los pensamientos más ocultos dijo: “Eva, Eva, canta de nuevo y grita tu deseo” y comenzó a cantar, emocionando de tal manera a esta señora que no pudo evitar que unas lágrimas rodaran por su rostro y fueran a parar sobre la espalda de nuestra hada que, mojada, corrió a resguardarse a toda prisa y olvidó pedir su deseo, aunque aquel día se fue a dormir más animada.
Al amanecer, al día siguiente, todos señalaron a Eva y algunos tartamudearon: “mi i-i- ra,
tu -tu-tu es-pal-al-da”, Eva se giró y dos alas trasparentes y brillantes salían de su espalda.
Su alegría era tan grande, que corría, saltaba, volaba y disfrutaba de su mágico día, llevando con ella a su amigo el ciempiés.
Como no pudo ver quién la escuchó decidió cantar todos los días a la misma hora por si pasaba la señora y así podría darle las gracias.
…Si caminas por el bosque y una canción te emociona no lo dudes, tu oído no te engaña, es el hada con alas… Eva.
Su alegría era tan grande, que corría, saltaba, volaba y disfrutaba de su mágico día, llevando con ella a su amigo el ciempiés.
Como no pudo ver quién la escuchó decidió cantar todos los días a la misma hora por si pasaba la señora y así podría darle las gracias.
…Si caminas por el bosque y una canción te emociona no lo dudes, tu oído no te engaña, es el hada con alas… Eva.
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Para mi hermana Eva Alén Alcañiz por
Tu voz, por tu magia y por dejarte querer
Con retraso en el día de tu cumpleaños
Besos de tu hermana NATI
TE QUIERO